sábado, 11 de diciembre de 2010

TEORIA DEL M.C.M EN EL ADIESTRAMIENTO DEL PERRO DE BUSQUEDA Y DETECCION

Cuando adiestramos un perro, tenemos en cuenta una serie de factores provenientes de las más variadas escuelas, las cuales nos aportan las más diversas técnicas.
En nuestra actividad como adiestradores, constantemente entrenamos conductas aisladas al principio hasta lograr decir que tenemos perro adiestrado porque es una especie de cadena, con eslabones perfectamente sólidos, definidos, tan armónica como firmemente unidos, tal vez con un origen heterogéneo pero mostrada de forma homogénea. Si algo de esto no es así, vemos un problema que el perro lo muestra subrepticiamente a veces y otras veces a viva voz. De aquí surge la importancia de la certificaciones, en ellas, una persona o una entidad nos dice si nuestro perro se muestra o no como una cadena solida, o  por el contrario nos dice que nos falta algún eslabón, o que tal eslabón no esta terminado, o le falta definición, y en el peor de los casos que la cadena no existe, por que sin un  unión no es cadena, y esta es muy diferente a un puñado de eslabones aislados.

Una de las dificultad con las que nos topamos los adiestradores al principio es no saber cual conducta (eslabón) entrenar primero, o si sabemos cual pero no sabemos como.
La dificultad siguiente es armándonos con un arsenal de técnicas no sabemos cual usar en determinada circunstancia, y cuando ya tenemos un pequeño bagaje de conocimientos y nuestros perros empiezan a aprender las diferentes conductas, el siguiente problema es el armado de la cadena y su resistencia al desarme de la misma.  Llegado este punto es donde nos enfrentamos a un desafío cuasi filosófico del cual muchos no salen airosos y donde empiezan las divergencias y  posiciones encontradas, sobre todo con las reglamentaciones (certificaciones). En esta sintonía solemos escuchar: “Lo que interesa es que el perro encuentre y marque”, “Para nada importa que se siente a la orden o que ejecute un direccionamiento a un comando”, “Esto es rescatismo, no deporte”.  Con el tiempo he visto a adiestradores oponerse enérgicamente a enseñar otras cosas que no sean buscar y marcar con el mínimo del control,  otros pasándose la vida sin presentarse jamás a cualquier evaluación, y lo mas triste algunos directamente retirarse de la actividad porque aunque teniendo la capacidad en enseñar cualquier conducta no pueden armar la cadena, o no poder mantenerla en el tiempo sin que esta se le desarme.

Cuando digo montar la cadena me refiero a que muchos cuando intentan armar un eslabón determinado si o si deben descuidar algún otro, y cuando ven que una conducta que el perro tenia perfectamente aprendida, comienza por este motivo a fallar, se dan la cabeza contra la pared en una profunda frustración, sin saber que es natural que así suceda y que la solución simplemente saldrá de la paciencia, solo hay que tener en claro el eje central de la cuestión que es lo único que no debemos descuidar, reforzándolo en tiempo y en forma de acuerdo al estadio de adiestramiento en el que se encuentra nuestro perro.
Cuando me refiero al eje, hago alusión al titulo de este trabajo, el Mínimo Común Múltiplo (MCM), en el caso de los perros detectores a este factor lo desgranamos así:


Mínimo: sustancia perfectamente determinada que el perro debe encontrar convertida en una estimulación odorífera, que a través de los nervios aferentes y eferentes, produciendo en él una determinada conducta, aprendida por determinadas repeticiones, bajo los cánones del reflejo condicionado (repeticiones), y del condicionamiento operante (ensayo, acierto – error).

Simplificando: en el perro de rescate el perro cuando huele a un humano inerte o al que no tiene acceso, ladra. En el perro de antinarcóticos, cuando huele la cocaína, rasca con sus patas delanteras. En el perro antiexplosivos cuando huele el TNT se sienta. Aquí la sustancia, seria: la persona, la cocaína, el TNT, y el mínimo quedaría constituido por la sumatoria de la conducta (marcación) que se estableció para cada una de las sustancias mencionadas.                                                      


Común: es la inmutabilidad del mínimo, el cual se mantendrá en este estadio sin importar el resto de las variables que se podrían manifestar en el medio.

Aclaración: en determinadas circunstancias y con determinados perros me gusta romper la regla del mínimo y premiar solo el encuentro de la sustancia sin esperar a la marcación. Cuando premio a un perro solo por encontrar, principalmente es por dos motivos:
1.   Porque deseo que el perro entienda, sobre todo en las primeras etapas,  que encontrar es mas importante que marcar, cuando el perro tiene claro esto, las marcaciones activas son mas claras, lo que para muchos puede parecer ilógico, debido a que lo natural sea que si el perro no recibe premio por marcar, esta conducta tendera a extinguirse, lo que mejora la marcación es la cuota de frustración (frustración = estrés = energía) cuando no accede inmediatamente al premio, en este caso la marcación se vuelve reforzadora en si misma, porque a través de la misma se desfoga el estrés que produce dicha circunstancia, lo demás lo hará la ley de ejercicio.
2.    El otro motivo es que cuando solo se premian las marcaciones, si no somos cautos y entrenamos correctamente, muchos perros llegan a la conclusión que si bien hay que encontrar lo más importante es marcar, es así como tenemos perros que ante la menor dificultad, falsean.
Cuando observen a un perro con problemas de falsos, notaran el punto anterior, entonces aquí además de dejarlo fallar hasta que se canse y que entienda que la marcación por si misma es un error, como primera medida, y antes de compulsionar, prefiero premiar el encuentro de la sustancia dejando de lado la marcación, y empezar subir la exigencia intercalando moldeadamente.
También a veces premio solo por buscar, pero eso es tema para todo un artículo completo.


Múltiplo: es el mantenimiento y consolidación del mínimo en la aleatoriedad de las variables, por cualquiera y más diversas sean estas.

Ejemplo: el perro marca la sustancia que se le asocio, bajo cualquier circunstancia, sin importar la dificultad del terreno, las condiciones ambientales, ni la saturación de otros tipos de estímulos presentes en el medio donde se encuentra la sustancia a encontrar.
Por ende el MCM es el eslabón mas importante en la cadena que constituye un perro adiestrado para búsqueda y detección, por no es el único y es así que teniendo en cuenta esta teoría y respetándola nos podemos relajar y trabajar las demás conductas que constituyen a la cadena de la cual hablamos. La cadena no se forma confeccionando y uniendo los eslabones todos al mismo tiempo, sino más bien todo lo contrario.

Aplicando la teoría del MCM:

Puedo poner un figurante bajo el agua, para que refuerce a mi perro luego de que este sorteé determinado obstáculo del medio. Aquí si lo tomamos del punto de vista de la teoría del MCM, será un error si cuando accede, lo hace por olfato, o le pedimos que marque. Si en cambio lo hacemos obviando al MCM teniendo en cuenta que dentro de las conductas que debe mostrar un perro de detección es no inhibirse por ninguna circunstancia del medio, lo cual es un eslabón de la cadena, de menor rango que el MCM pero no por ello de menor importancia, no debe preocuparnos, sino mas bien todo lo contrario, será un ejercicio que a nuestro perro lo distienda y relaje por ser algo ameno y diferente, y una vez que este lo tenga aprendido le incorporaremos el MCM y veremos que queda perfectamente ensamblado. Con esta lógica puedo entrenar cualquier conducta escindida del MCM, siempre y cuando este separada, que es donde cometemos la mayoría de los errores, debido que al no tener en claro esta teoría en la manera que la manifiesto, nuestros perros tienden a confundirse.
Por el contario lo que si es gravísimo, es cuando por no tener claro el mínimo del MCM, que especifica una sustancia perfectamente determinada, y a la sustancia que por error es siempre la misma y que por ende se va contaminado de olores residuales propios de nuestro medio habitual, o que no varia en su cantidad (umbrales), o en sus calidad, o que siempre la guardamos en el mismo envase, o lo manipulamos de la misma manera, sea por la misma persona, o usando los mismos elementos, sean estos por ser los mismos o del mismo material, o porque siempre escondemos en los mismos lugares, o bajo la mismas circunstancias, porque los lugares donde escondemos poseen niveles de esterilidad que simplifican la búsqueda (ausencia de distractivos), porque subestimando el sofisticado olfato canino no tomamos las precauciones necesarias, y contaminamos la escena, o no planificamos inteligentemente sin proyectarnos y así adelantarnos a lo que hará el perro para encontrar o cuando encuentre la sustancia. En todos estos casos el MCM se habrá descompuesto perdiendo eso de sustancia perfectamente determinada.

Ejemplos:

En perros de rescate, un perro que se excede en trabajo con caja, termina dando un falso marcando a esta cuando no hay humano dentro de ella, aquí el mínimo del MCM se descompuso, y en ves de ser circunscriptamente humano, el mínimo del MCM se trasformo en humano más caja, lo que redunda en un grueso error. Lo mismo sucede si a determinada sustancia, como lo he visto, siempre esta envuelta en polietileno y cinta adhesiva, haciendo que el perro sea un magnifico buscador de estas sustancias, y llegando a no mostrar el mas mínimo interés por la sustancia que si queremos que marque. Los guantes de látex son bastante contaminantes y por ello tiene un gran poder de descomponer el mínimo del MCM, pero a la vez por el mismo motivo es saludable manipular la sustancia de vez en cuando con ellos, porque sirve para probar el mínimo dentro del común múltiplo. Otra vez conocí a un perro con fama de excelente buscador de cocaína, y cuando le escondimos atrás de la rueda de un auto que estaba con otros autos a los cuales este famoso perro debía descartar, el perro salió y en menos de un minuto el perro en cuestión busco utilizando perfectamente su nariz, así fue que valiéndose de esta llego raudamente a donde estaba aquello que le habíamos escondido, y de inmediato comenzó a rascar (marcación), y cuando el guía con total orgullo se dispuso a premiar le dijimos que no lo haga debido a que la sustancia no era cocaína, sino café, aquí el MCM se había desdibujado de tal forma, por repetir tanto el mismo ejercicio, bajo las mismas circunstancias y sin variables, que el perro había entendido que lejos de buscar cocaína lo que debía hacer era buscar lo que le escondían entre esos autos, sin importar la sustancia que fuera.

Como los ejemplos mencionados hay millones, y se que ustedes conocen tantos más, pero el objeto de este articulo, no es tomar a gracia los errores de nadie ni mucho menos, sino más bien aclarar, explicar, algo que de tan simple suele pasarse por alto constituyendo uno de los principales errores de los perros de búsqueda.
Como siempre espero que este articulo promueva una critica y un debate que provea más luz sobre el asunto.

Por ultimo deseo agradecer al Instructor Claudio Busto de K-SAR Rio IV y del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Alejandro Roca, que me insto a que escribiera sobre esta teoría que manifesté en el ultimo seminario de Villa Mercedes.

Hecha esta aclaración  solo acotare que si les gusta me feliciten a mi, y sino que todos los agravios sean dirigidos al Sr. Busto.
Con la esperanza que se entrenen más y mejores perros, que a su vez mejoren y defiendan nuestra sociedad, y su calidad de vida.

Aldo Cecchi.
Adiestrador Canino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario