Cuando adiestramos un
perro, tenemos en cuenta una serie de factores provenientes de las más
variadas escuelas, las cuales nos aportan las más diversas técnicas.
En nuestra actividad como
adiestradores, constantemente entrenamos conductas aisladas al principio
hasta lograr decir que tenemos perro adiestrado porque es una especie de
cadena, con eslabones perfectamente sólidos, definidos, tan armónica como
firmemente unidos, tal vez con un origen heterogéneo pero mostrada de
forma homogénea. Si algo de esto no es así, vemos un problema que el perro
lo muestra subrepticiamente a veces y otras veces a viva voz. De aquí
surge la importancia de la certificaciones, en ellas, una persona o una
entidad nos dice si nuestro perro se muestra o no como una cadena solida,
o por el contrario nos dice que nos falta algún
eslabón, o que tal eslabón no esta terminado, o le falta definición, y en
el peor de los casos que la cadena no existe, por que sin un
unión no es cadena, y esta es muy diferente a
un puñado de eslabones aislados.
Una de las dificultad con las que nos topamos los
adiestradores al principio es no saber cual conducta (eslabón) entrenar
primero, o si sabemos cual pero no sabemos como.
La dificultad siguiente es
armándonos con un arsenal de técnicas no sabemos cual usar en determinada
circunstancia, y cuando ya tenemos un pequeño bagaje de conocimientos y
nuestros perros empiezan a aprender las diferentes conductas, el siguiente
problema es el armado de la cadena y su resistencia al desarme de la
misma. Llegado este punto es donde nos enfrentamos a un
desafío cuasi filosófico del cual muchos no salen airosos y donde empiezan
las divergencias y posiciones
encontradas, sobre todo con las reglamentaciones (certificaciones). En esta
sintonía solemos escuchar: “Lo que interesa es que el perro encuentre y
marque”, “Para nada importa que se siente a la orden o que ejecute un
direccionamiento a un comando”, “Esto es rescatismo, no deporte”.
Con el tiempo he visto a adiestradores
oponerse enérgicamente a enseñar otras cosas que no sean buscar y marcar
con el mínimo del control,
otros pasándose la vida sin presentarse jamás
a cualquier evaluación, y lo mas triste algunos directamente retirarse de
la actividad porque aunque teniendo la capacidad en enseñar cualquier
conducta no pueden armar la cadena, o no poder mantenerla en el tiempo sin
que esta se le desarme.
Cuando digo montar la cadena me refiero a que muchos
cuando intentan armar un eslabón determinado si o si deben descuidar algún
otro, y cuando ven que una conducta que el perro tenia perfectamente
aprendida, comienza por este motivo a fallar, se dan la cabeza contra la
pared en una profunda frustración, sin saber que es natural que así suceda
y que la solución simplemente saldrá de la paciencia, solo hay que tener
en claro el eje central de la cuestión que es lo único que no debemos
descuidar, reforzándolo en tiempo y en forma de acuerdo al estadio de
adiestramiento en el que se encuentra nuestro perro.
Cuando me refiero al eje, hago alusión al titulo de este
trabajo, el Mínimo Común Múltiplo (MCM), en el caso de los perros
detectores a este factor lo desgranamos así:
Mínimo:
sustancia perfectamente determinada que el perro debe encontrar convertida
en una estimulación odorífera, que a través de los nervios aferentes y
eferentes, produciendo en él una determinada conducta, aprendida por
determinadas repeticiones, bajo los cánones del reflejo condicionado
(repeticiones), y del condicionamiento operante (ensayo, acierto – error).
Simplificando: en el perro de
rescate el perro cuando huele a un humano inerte o al que no tiene acceso,
ladra. En el perro de antinarcóticos, cuando huele la cocaína, rasca con
sus patas delanteras. En el perro antiexplosivos cuando huele el TNT se
sienta. Aquí la sustancia, seria: la persona, la cocaína, el TNT, y el
mínimo quedaría constituido por la sumatoria de la conducta (marcación)
que se estableció para cada una de las sustancias mencionadas.
Común:
es la
inmutabilidad del mínimo, el
cual se mantendrá en este estadio sin importar el resto de las variables
que se podrían manifestar en el medio.
Aclaración: en determinadas
circunstancias y con determinados perros me gusta romper la regla del
mínimo y premiar solo el
encuentro de la sustancia sin esperar a la marcación. Cuando premio a un
perro solo por encontrar, principalmente es por dos motivos:
1.
Porque deseo que el perro
entienda, sobre todo en las primeras etapas,
que encontrar es mas importante
que marcar, cuando el perro tiene claro esto, las marcaciones activas son
mas claras, lo que para muchos puede parecer ilógico, debido a que lo
natural sea que si el perro no recibe premio por marcar, esta conducta
tendera a extinguirse, lo que mejora la marcación es la cuota de
frustración (frustración = estrés = energía) cuando no accede
inmediatamente al premio, en este caso la marcación se vuelve reforzadora
en si misma, porque a través de la misma se desfoga el estrés que produce
dicha circunstancia, lo demás lo hará la ley de ejercicio.
2.
El otro motivo es que cuando
solo se premian las marcaciones, si no somos cautos y entrenamos
correctamente, muchos perros llegan a la conclusión que si bien hay que
encontrar lo más importante es marcar, es así como tenemos perros que ante
la menor dificultad, falsean.
Cuando observen a un perro con problemas de falsos,
notaran el punto anterior, entonces aquí además de dejarlo fallar hasta
que se canse y que entienda que la marcación por si misma es un error,
como primera medida, y antes de compulsionar, prefiero premiar el
encuentro de la sustancia dejando de lado la marcación, y empezar subir la
exigencia intercalando moldeadamente.
También a veces premio solo por buscar, pero eso es tema
para todo un artículo completo.
Múltiplo:
es el
mantenimiento y consolidación del
mínimo en la aleatoriedad de las variables, por cualquiera y más
diversas sean estas.
Ejemplo: el perro marca la sustancia que se le asocio,
bajo cualquier circunstancia, sin importar la dificultad del terreno, las
condiciones ambientales, ni la saturación de otros tipos de estímulos
presentes en el medio donde se encuentra la sustancia a encontrar.
Por ende el MCM es el eslabón mas importante en la
cadena que constituye un perro adiestrado para búsqueda y detección, por
no es el único y es así que teniendo en cuenta esta teoría y respetándola
nos podemos relajar y trabajar las demás conductas que constituyen a la
cadena de la cual hablamos. La cadena no se forma confeccionando y uniendo
los eslabones todos al mismo tiempo, sino más bien todo lo contrario.
Aplicando la teoría del MCM:
Puedo poner un figurante bajo el agua, para que refuerce
a mi perro luego de que este sorteé determinado obstáculo del medio. Aquí
si lo tomamos del punto de vista de la teoría del MCM, será un error si
cuando accede, lo hace por olfato, o le pedimos que marque. Si en cambio
lo hacemos obviando al MCM teniendo en cuenta que dentro de las conductas
que debe mostrar un perro de detección es no inhibirse por ninguna
circunstancia del medio, lo cual es un eslabón de la cadena, de menor
rango que el MCM pero no por ello de menor importancia, no debe
preocuparnos, sino mas bien todo lo contrario, será un ejercicio que a
nuestro perro lo distienda y relaje por ser algo ameno y diferente, y una
vez que este lo tenga aprendido le incorporaremos el MCM y veremos que
queda perfectamente ensamblado. Con esta lógica puedo entrenar cualquier
conducta escindida del MCM, siempre y cuando este separada, que es donde
cometemos la mayoría de los errores, debido que al no tener en claro esta
teoría en la manera que la manifiesto, nuestros perros tienden a
confundirse.
Por el contario lo que si es
gravísimo, es cuando por no tener claro el
mínimo del MCM, que especifica
una sustancia perfectamente determinada, y a la sustancia que por error es
siempre la misma y que por ende se va contaminado de olores residuales
propios de nuestro medio habitual, o que no varia en su cantidad
(umbrales), o en sus calidad, o que siempre la guardamos en el mismo
envase, o lo manipulamos de la misma manera, sea por la misma persona, o
usando los mismos elementos, sean estos por ser los mismos o del mismo
material, o porque siempre escondemos en los mismos lugares, o bajo la
mismas circunstancias, porque los lugares donde escondemos poseen niveles
de esterilidad que simplifican la búsqueda (ausencia de distractivos),
porque subestimando el sofisticado olfato canino no tomamos las
precauciones necesarias, y contaminamos la escena, o no planificamos
inteligentemente sin proyectarnos y así adelantarnos a lo que hará el
perro para encontrar o cuando encuentre la sustancia. En todos estos casos
el MCM se habrá descompuesto perdiendo eso de sustancia perfectamente
determinada.
Ejemplos:
En perros de rescate, un perro que
se excede en trabajo con caja, termina dando un falso marcando a esta
cuando no hay humano dentro de ella, aquí el
mínimo del MCM se descompuso, y
en ves de ser circunscriptamente humano, el
mínimo del MCM se trasformo en
humano más caja, lo que redunda en un grueso error. Lo mismo sucede si a
determinada sustancia, como lo he visto, siempre esta envuelta en
polietileno y cinta adhesiva, haciendo que el perro sea un magnifico
buscador de estas sustancias, y llegando a no mostrar el mas mínimo
interés por la sustancia que si queremos que marque. Los guantes de látex
son bastante contaminantes y por ello tiene un gran poder de descomponer
el mínimo del MCM, pero a la vez
por el mismo motivo es saludable manipular la sustancia de vez en cuando
con ellos, porque sirve para probar el
mínimo dentro del
común múltiplo. Otra vez conocí
a un perro con fama de excelente buscador de cocaína, y cuando le
escondimos atrás de la rueda de un auto que estaba con otros autos a los
cuales este famoso perro debía descartar, el perro salió y en menos de un
minuto el perro en cuestión busco utilizando perfectamente su nariz, así
fue que valiéndose de esta llego raudamente a donde estaba aquello que le
habíamos escondido, y de inmediato comenzó a rascar (marcación), y cuando
el guía con total orgullo se dispuso a premiar le dijimos que no lo haga
debido a que la sustancia no era cocaína, sino café, aquí el MCM se había
desdibujado de tal forma, por repetir tanto el mismo ejercicio, bajo las
mismas circunstancias y sin variables, que el perro había entendido que
lejos de buscar cocaína lo que debía hacer era buscar lo que le escondían
entre esos autos, sin importar la sustancia que fuera.
Como los ejemplos mencionados hay millones, y se que
ustedes conocen tantos más, pero el objeto de este articulo, no es tomar a
gracia los errores de nadie ni mucho menos, sino más bien aclarar,
explicar, algo que de tan simple suele pasarse por alto constituyendo uno
de los principales errores de los perros de búsqueda.
Como siempre espero que este articulo promueva una
critica y un debate que provea más luz sobre el asunto.
Por ultimo deseo agradecer al Instructor Claudio Busto
de K-SAR Rio IV y del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Alejandro Roca,
que me insto a que escribiera sobre esta teoría que manifesté en el ultimo
seminario de Villa Mercedes.
Hecha esta aclaración
solo acotare que si les gusta me feliciten a
mi, y sino que todos los agravios sean dirigidos al Sr. Busto.
Con la esperanza que se entrenen más y mejores perros,
que a su vez mejoren y defiendan nuestra sociedad, y su calidad de vida.
Aldo Cecchi.
Adiestrador Canino.
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