Por
Aldo Natalio Cecchi
Cuando
trabajamos un perro para que con su súper desarrollado olfato nos marque
una determinada sustancia, como puede ser cocaina, tnt , un humano,
etc...etc...etc. Todos tenemos en cuenta a la hora de plantear los
ejercicios, que deseamos en cuanto a las conductas que nos ha de
manifestar el perro, como lo motivaremos para que las realice y en que
momento reforzaremos para que las repita, y de esta forma nos llamaremos
adiestradores con todas las letras. Pero si bien uno de los mayores
errores que cometemos cuando empezamos es en este campo es generalmente
debido a las antropomorfizaciones, ya que esperamos que el perro se eleve
intelectualmente a un estadio próximo al nuestro, cuando la realidad es
que nosotros debemos bajar al de ellos. Es así que cuando comprendemos
esto mejoramos notablemente nuestro trabajos y por ende la labor de
nuestros perros. Pero ocurre que he tenido la oportunidad de ver perros de
“alto nivel”, con una muy buena motivación, traducida en autonomía,
concentración, y con un absoluto control por parte de los guías, pero
que a la hora de trabajar fallan, debido a la falta de atención por parte
de los adiestradores al mundo de los estímulos y esto se nota a la hora
de programar los ejercicios que el can a de realizar y donde el cual tendrá
que superar una dificultad que una ves superada le enseñara algo.
Deseo
aclarar que lo que expongo no lo hago como crítica para grupo alguno,
sino todo lo contrario, lo mismo es aprendizaje tomado de mis propios
errores, como autodidacta en este campo, y siento el deber de compartirlos
con ustedes, esta en vosotros tomarlo y agradecérmelo, o descalificarlo
mediante la critica constructiva para así seguir aprendiendo.
¿Qué
es un Estímulo?
Un
estímulo es generalmente un cambio en un aspecto determinado del medio
ambiente de un organismo. Pueden ser complejos, como cuando alguien toca
deliciosamente una guitarra, o simples, cuando hace ruido con la misma
guitarra al apoyarla sobre la mesa, externos, cuando vienen del medio, o
internos cuando son producto de un proceso fisiológico, solo hablare de
los externos dejando estos últimos para un futuro trabajo.
Haciendo
una visión mas compleja podemos decir que son formas de energía:
radiante, en el caso de la luz y del calor; mecánica en el sonido, y química
en el olfato y el gusto.
Pero
su importancia no solo radica en lo que es, sino en lo que significa, ya
que si tomamos las palabras de algunos célebres que fueron los que nos
brindaron las herramientas que hoy utilizamos en nuestro que hacer
cotidiano como adiestradores, por ejemplo:
Sechenov:
“La causa inicial de todo acto, se encuentra siempre en una estimulación
sensorial exógena”.
O
como dijo Pavlov, tomando un eje mecanicista cartesiano, el busto de
Descartes ocupaba un lugar de privilegio en su laboratorio, para no
acercarse a la psicología de sus tiempos, a la cual consideraba subjetiva
y para nada científica, y en ese transe logrando una objetividad que le
diera datos estadísticos a los cuales poder confirmar o debatir. Así fue
que estableció: “El
reflejo es la reacción del organismo ante el mundo exterior”,
“provocada por un estimulación proveniente del medio”.
Como
reacción decimos que “es la respuesta de un organismo a una estimulación
del medio”, y esta ya es una definición de la psicología moderna y
objetiva, donde entran otros generadores de herramientas del
adiestramiento, como lo son Watson y Skiner.
Pero
por que todo esto... ¿De que nos sirve?. Pues la respuesta es que si
comprendemos este mundo, comprenderemos muchas conductas de nuestros
perros, que talvez hoy por hoy no lo hacemos, y nuestro trabajo se ve mal
afectado.
Es
en este mundo es donde nacen muchos de los errores, de porque un perro, no
marca cuando debería de hacerlo, o por el contrario lo hace
equivocadamente en un falso como le decimos en nuestra jerga.
Si
nos ponemos a pensar el adiestramiento de un perro de búsquedas es tan
pero tan sencillo, ya que solo consta en que el perro debe brindar una
conducta (marcación) ante una estimulación determinada; es así que
rascará si huele drogas, se echará si huele explosivos y ladrará si
olfatea un humano al que no puede acceder. Pero lo complicado se vuelve
cuando trabajamos sin pensar, o sin saber que es lo mismo, y nuestro perro
no discrimina, porque no le damos la opción, y así asimila que tal
estimulación es la misma que cualquier otra que se da en la misma
circunstancia a la que enseñamos, y así termina creyendo que lo que debe
marcar es no es solo un humano, sino también y es así que le da lo
mismo, una caja de madera puesta en determinada forma y entorno. Pero ¿Por
qué sucede esto?. Para poder responder de forma mas simple y precisa,
entremos en el mundo del condicionamiento.
Por
un lado tenemos que todo lo que influye en el perro que proviene desde el
exterior, es estimulación, por otra parte tenemos un agente reforzador,
un juguete o comida, y por último sabemos que conducta queremos que el
perro nos dé, y a cambio cuando esta se dé, premiaremos, y así nuestro
amigo nos repetirá con mayor frecuencia dicha conducta y siguiendo con el
trabajo lograremos un índice muy elevado de respuestas esperadas ante tal
estimulación, y bien digo por que tal vez al principio la orden es el
“LAUT” (que ladre) y como siempre se da en la misma circunstancia, por
ley de contigüidad, nuestro can la emite sin que digamos alguna palabra,
ha aprendido que al olfatear a un humano que le produce frustración,
tanto seguido escucha el comando y ladrando recibe su premio, que es lo
que lo motiva para esforzarse; es así que en un tiempo hace el
condicionamiento y solo ladra en esa circunstancia. Pero si lo repetimos
una y otra vez de la misma forma, con el humano dentro de la caja, por
ejemplo, la ley de contigüidad, también se trasladará a la caja, y
talvez solo esta quede asociada a la conducta, y no al humano como
deseamos nosotros, de darse así nuestro perro marcara la caja cuando este
sola, y no marcará al humano si este está fuera de la misma. Yo sé que
a ustedes no les sucede, pero se que a la mayoría es por que en mayor o
menor medida, resuelven esta cuestión instintivamente, y es mi intención
el que comprendan la teoría de la cuestión, porque si bien no fallan tan
grotescamente por ahí si lo hacen de manera superflua, y el error es el
mismo, sigue siendo error.
Los
organismos, reciben la estimulación a través de los sentidos, estos a su
vez se han ido desarrollando en el transcurso de la evolución, hasta
nuestros días donde nosotros tenemos más inteligencia y poder de
abstracción, y el perro mayor olfato y oído, como resultado de ello,
nosotros lo domesticamos y usamos su sentidos que el ha desarrollado en
nuestro beneficio gracias a la capacidad que tenemos de manipularlo a través
de la motivación, no hablaré de la compulsión porque desestimo que las
personas que leerán este escrito ya se encuentran mas allá de todo ello.
De acuerdo a la evolución de los sentidos de un organismo será acorde la
estimulación que reciba, con esto deseo expresar que existen estímulos
que el organismo no capta y por ello no dejan de existir, he aquí la gran
dificultad de entrenar el olfato de un can, que al ser tan elevado en
comparación con el nuestro, puede percibir olores que nosotros ni soñamos
con sentir algún día, supieran ustedes cuanto desearía poder oler lo
mismo para entenderlos mejor, pero soy consciente de que si eso ocurriera
no habría motivo de entrenarlos. Por ende los estímulos necesitan de
cierta potencia para ser percibidos, a ello le llamamos umbral absoluto, y
la diferencia entre un mismo estímulo que antes no notábamos y que
aumentado se hace sentir, le decimos umbral diferencial, destaco
nuevamente que estos umbrales son muy variables no solo entre especies
sino también entre individuos.
Dije
que la estimulación, era una forma o un cambio de energía, que ingresa
al organismo por las vías que le ofrecen los sentidos, y así se
transducen en impulsos eléctricos que viajan por los nervios, llevando la
valiosa información al sistema nervioso central, quien la procesa al
instante y procede consecuentemente; que este proceso sea veloz también
se debe a la evolución, ya que en la naturaleza se premia esta capacidad
y se castiga brutalmente al que la carece, convirtiéndose de esta forma
en ley vital de supervivencia del más apto.
Pero
no todos los estímulos producen reacciones, ya que de ser así el
organismo no daría abasto, y colapsaría, en realidad la capacidad del
organismo radica en saber discriminar los estímulos que le sirven y
descartar lo que no, la saturación de estímulos existe y en ella el
organismo se tilda y no da reacciones.
Un
ejercicio simple y que nos dará un cabal concepto de lo que hablamos es
cerrar los ojos, ya que somos seres donde la vista tiene un rol
fundamental, y sentir, solo sentir, notaremos algunos sonidos, la
temperatura, si hay brisa, tal vez un
cambio de luz percibido a través de los párpados, etc... seguidamente
pasemos nuestra lengua por el contorno externo de nuestros labios,
sentiremos, calor, humedad y algunos sabores, todo esto no es más que
estimulación.
Un
perro, no entrenado no responderá al olor humano, siendo este un estímulo
neutro o indiferente, y uno bien adiestrado y en el campo de acción
ladrará al olfatearlo, lo que llamamos un estímulo condicionado, al
perro se lo a condicionado a ladrar ante determinado estímulo, en este
caso el olor humano. Bien... ¿Pero por qué ladra la caja, cuando esta
vacía?, porque hemos repetidas hartas veces el ejercicio, sin darle las
variables necesarias para que esto no ocurra y nuestro can a concluido en
que lo que nosotros realmente
deseamos es que ladre la caja, por que repetidas veces lo ha hecho y así
ha recibido su premio, entonces de repente sacamos al humano de la misma
pero el va y sigue ladrando la caja sin importarle que no haya nadie
adentro, esto lo llamamos estímulo subrepticio, dicho científicamente:
si la condición determinante para que un estímulo se haga condicional es
su presentación en conjunción con la conducta que recibe premio, esta
claro que todo acontecimiento del medio (externo o interno) que responda a
esa condición, aún de modo accidental, no tardará en convertirse en un
agente condicional para la reacción en cuestión.
En
palabras más sencillas si cada vez que decimos “SIT”, nuestro perro
se sienta, pero accidentalmente y en coincidencia se escucha un ruido como
puede ser el de una motocicleta y por ello recibe una golosina que es de
su gusto, no pasará mucho para que nuestro perro comience a sentarse al
escuchar una motocicleta. Y siguiendo con este mismo ejemplo explicaremos
porque si mi perro siempre se sienta cuando le digo “SIT” puede que no
lo haga si escucha el ruido de una motocicleta, y aquí entro en otro
problema de la caja, por que si mi perro marca el olor humano si este esta
dentro de la misma no lo hace, debiendo trabajar para que la asimile; el
hecho está en que tanto la moto, como la caja en este caso son estímulos
parásitos: productores de
inhibición externa, que son susceptibles, cuando intervienen en el
momento de la reacción condicionada, de perturbar a la misma.
¿Cuál
es la Solución para estos problemas que por ahí nos da tantos dolores de
cabeza?
Pavlov
pronto tropezó y dio cuenta de ello al hacer su tan famoso descubrimiento
de los reflejos condicionados, y como era científico a más no poder,
estableció que no lograría ningún estudio serio si su trabajo era
constantemente influenciado por este tipo de estímulos, entonces se le
ocurrió una idea y como contaba con el beneplácito y financiamiento de
las autoridades, se dió el lujo de construir un laboratorio bajo la
superficie de la tierra donde la estimulación era controlada hasta en sus
mas mínimos factores, temperatura, luz, sonidos, aireación, etc... a la
cual denomino la Torre del Silencio.
El
problema se volvió a suscitar con los científicos que le sucedieron, y
que no contaban con los recursos que requería dicha torre, y la solución
se encontró en una metodología de trabajo a la que llamaron de variables
aleatorias que consiste en separar las determinaciones principales y
reducir los fenómenos secundarios al papel del “azar”, siguiendo con
el ejemplo que venimos planteando, todo se soluciona dejando al olor
humano como mínimo común múltiplo, es lo único que siempre se mantiene
mientras todo los demás siempre cambia, incluida la caja, y cuando
cambiamos de ambiente, tomamos que estamos elevando una variante, por ende
aflojamos las demás, dicho con palabras simples, si cambiamos de lugar
volvemos atrás para no crearle una dificultad extra a nuestro perro y que
no la pueda resolver. De aquí la importancia de estimular a los
cachorros.
Otro
es el cantar de la generalización, que a grandes rasgos no es otra cosa
que lograr que el perros de reacciones ante estímulos similares, oséa
que no distinga entre distintos figurantes, sin importar, edad, raza,
costumbres, sexo etc... en contraposición con la discriminación que es
el proceso mediante el cual el
perro solo brinde reacciones antes determinados estímulos específicos y
no a otros, que solo marque
humanos y no a otros animales por el hecho de también son seres vivos, de
aquí el debate de que unos prefieren trabajar solo con vivos y otros con
cadáveres aludiendo que la mezcla no da buenos resultados.
Espero
que este pequeño documento, sirva para mejorar el trabajo de alguien con
su perro, o que al menos replantee el mismo y que así se salve una vida.
Ojalá sucite un debate que de más luz al asunto y del cual salgamos
ganando todos, y por supuesto yo mismo, que no soy más que un loco
enamorado de esta profesión, pero que por desgracia o por gracia, no lo
se, no hay quien enseñe donde yo vivo, y todo se resume al método empírico
apoyado por algunas publicaciones, por suerte nuestros perros funcionan,
he ahí nuestro laurel.
K-SAR-C.
Córdoba Argentina. (derechos reservados).
Fuentes
consultadas:
-
La conducta de los animales. J.D. Carthy. Ed. Salvat.
-
El Condicionamiento. J-F Le Ny. Ed. Lautaro.
-
Mecanismo de la Conducta. M.T. Perez Martinez. Ed. Quórum.
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