sábado, 11 de diciembre de 2010

El mundo de los estímulos en el perro de búsqueda

Por Aldo Natalio Cecchi


Cuando trabajamos un perro para que con su súper desarrollado olfato nos marque una determinada sustancia, como puede ser cocaina, tnt , un humano, etc...etc...etc. Todos tenemos en cuenta a la hora de plantear los ejercicios, que deseamos en cuanto a las conductas que nos ha de manifestar el perro, como lo motivaremos para que las realice y en que momento reforzaremos para que las repita, y de esta forma nos llamaremos adiestradores con todas las letras. Pero si bien uno de los mayores errores que cometemos cuando empezamos es en este campo es generalmente debido a las antropomorfizaciones, ya que esperamos que el perro se eleve intelectualmente a un estadio próximo al nuestro, cuando la realidad es que nosotros debemos bajar al de ellos. Es así que cuando comprendemos esto mejoramos notablemente nuestro trabajos y por ende la labor de nuestros perros. Pero ocurre que he tenido la oportunidad de ver perros de “alto nivel”, con una muy buena motivación, traducida en autonomía, concentración, y con un absoluto control por parte de los guías, pero que a la hora de trabajar fallan, debido a la falta de atención por parte de los adiestradores al mundo de los estímulos y esto se nota a la hora de programar los ejercicios que el can a de realizar y donde el cual tendrá que superar una dificultad que una ves superada le enseñara algo.



Deseo aclarar que lo que expongo no lo hago como crítica para grupo alguno, sino todo lo contrario, lo mismo es aprendizaje tomado de mis propios errores, como autodidacta en este campo, y siento el deber de compartirlos con ustedes, esta en vosotros tomarlo y agradecérmelo, o descalificarlo mediante la critica constructiva para así seguir aprendiendo.



¿Qué es un Estímulo?



Un estímulo es generalmente un cambio en un aspecto determinado del medio ambiente de un organismo. Pueden ser complejos, como cuando alguien toca deliciosamente una guitarra, o simples, cuando hace ruido con la misma guitarra al apoyarla sobre la mesa, externos, cuando vienen del medio, o internos cuando son producto de un proceso fisiológico, solo hablare de los externos dejando estos últimos para un futuro trabajo.



Haciendo una visión mas compleja podemos decir que son formas de energía: radiante, en el caso de la luz y del calor; mecánica en el sonido, y química en el olfato y el gusto.



Pero su importancia no solo radica en lo que es, sino en lo que significa, ya que si tomamos las palabras de algunos célebres que fueron los que nos brindaron las herramientas que hoy utilizamos en nuestro que hacer cotidiano como adiestradores, por ejemplo:



Sechenov: “La causa inicial de todo acto, se encuentra siempre en una estimulación sensorial exógena”.



O como dijo Pavlov, tomando un eje mecanicista cartesiano, el busto de Descartes ocupaba un lugar de privilegio en su laboratorio, para no acercarse a la psicología de sus tiempos, a la cual consideraba subjetiva y para nada científica, y en ese transe logrando una objetividad que le diera datos estadísticos a los cuales poder confirmar o debatir. Así fue que estableció:  “El reflejo es la reacción del organismo ante el mundo exterior”, “provocada por un estimulación proveniente del medio”.



Como reacción decimos que “es la respuesta de un organismo a una estimulación del medio”, y esta ya es una definición de la psicología moderna y objetiva, donde entran otros generadores de herramientas del adiestramiento, como lo son Watson y Skiner.



Pero por que todo esto... ¿De que nos sirve?. Pues la respuesta es que si comprendemos este mundo, comprenderemos muchas conductas de nuestros perros, que talvez hoy por hoy no lo hacemos, y nuestro trabajo se ve mal afectado.



Es en este mundo es donde nacen muchos de los errores, de porque un perro, no marca cuando debería de hacerlo, o por el contrario lo hace equivocadamente en un falso como le decimos en nuestra jerga.



Si nos ponemos a pensar el adiestramiento de un perro de búsquedas es tan pero tan sencillo, ya que solo consta en que el perro debe brindar una conducta (marcación) ante una estimulación determinada; es así que rascará si huele drogas, se echará si huele explosivos y ladrará si olfatea un humano al que no puede acceder. Pero lo complicado se vuelve cuando trabajamos sin pensar, o sin saber que es lo mismo, y nuestro perro no discrimina, porque no le damos la opción, y así asimila que tal estimulación es la misma que cualquier otra que se da en la misma circunstancia a la que enseñamos, y así termina creyendo que lo que debe marcar es no es solo un humano, sino también y es así que le da lo mismo, una caja de madera puesta en determinada forma y entorno. Pero ¿Por qué sucede esto?. Para poder responder de forma mas simple y precisa, entremos en el mundo del condicionamiento.

Por un lado tenemos que todo lo que influye en el perro que proviene desde el exterior, es estimulación, por otra parte tenemos un agente reforzador, un juguete o comida, y por último sabemos que conducta queremos que el perro nos dé, y a cambio cuando esta se dé, premiaremos, y así nuestro amigo nos repetirá con mayor frecuencia dicha conducta y siguiendo con el trabajo lograremos un índice muy elevado de respuestas esperadas ante tal estimulación, y bien digo por que tal vez al principio la orden es el “LAUT” (que ladre) y como siempre se da en la misma circunstancia, por ley de contigüidad, nuestro can la emite sin que digamos alguna palabra, ha aprendido que al olfatear a un humano que le produce frustración, tanto seguido escucha el comando y ladrando recibe su premio, que es lo que lo motiva para esforzarse; es así que en un tiempo hace el condicionamiento y solo ladra en esa circunstancia. Pero si lo repetimos una y otra vez de la misma forma, con el humano dentro de la caja, por ejemplo, la ley de contigüidad, también se trasladará a la caja, y talvez solo esta quede asociada a la conducta, y no al humano como deseamos nosotros, de darse así nuestro perro marcara la caja cuando este sola, y no marcará al humano si este está fuera de la misma. Yo sé que a ustedes no les sucede, pero se que a la mayoría es por que en mayor o menor medida, resuelven esta cuestión instintivamente, y es mi intención el que comprendan la teoría de la cuestión, porque si bien no fallan tan grotescamente por ahí si lo hacen de manera superflua, y el error es el mismo, sigue siendo error.



Los organismos, reciben la estimulación a través de los sentidos, estos a su vez se han ido desarrollando en el transcurso de la evolución, hasta nuestros días donde nosotros tenemos más inteligencia y poder de abstracción, y el perro mayor olfato y oído, como resultado de ello, nosotros lo domesticamos y usamos su sentidos que el ha desarrollado en nuestro beneficio gracias a la capacidad que tenemos de manipularlo a través de la motivación, no hablaré de la compulsión porque desestimo que las personas que leerán este escrito ya se encuentran mas allá de todo ello. De acuerdo a la evolución de los sentidos de un organismo será acorde la estimulación que reciba, con esto deseo expresar que existen estímulos que el organismo no capta y por ello no dejan de existir, he aquí la gran dificultad de entrenar el olfato de un can, que al ser tan elevado en comparación con el nuestro, puede percibir olores que nosotros ni soñamos con sentir algún día, supieran ustedes cuanto desearía poder oler lo mismo para entenderlos mejor, pero soy consciente de que si eso ocurriera no habría motivo de entrenarlos. Por ende los estímulos necesitan de cierta potencia para ser percibidos, a ello le llamamos umbral absoluto, y la diferencia entre un mismo estímulo que antes no notábamos y que aumentado se hace sentir, le decimos umbral diferencial, destaco nuevamente que estos umbrales son muy variables no solo entre especies sino también entre individuos.



Dije que la estimulación, era una forma o un cambio de energía, que ingresa al organismo por las vías que le ofrecen los sentidos, y así se transducen en impulsos eléctricos que viajan por los nervios, llevando la valiosa información al sistema nervioso central, quien la procesa al instante y procede consecuentemente; que este proceso sea veloz también se debe a la evolución, ya que en la naturaleza se premia esta capacidad y se castiga brutalmente al que la carece, convirtiéndose de esta forma en ley vital de supervivencia del más apto.

Pero no todos los estímulos producen reacciones, ya que de ser así el organismo no daría abasto, y colapsaría, en realidad la capacidad del organismo radica en saber discriminar los estímulos que le sirven y descartar lo que no, la saturación de estímulos existe y en ella el organismo se tilda y no da reacciones.

Un ejercicio simple y que nos dará un cabal concepto de lo que hablamos es cerrar los ojos, ya que somos seres donde la vista tiene un rol fundamental, y sentir, solo sentir, notaremos algunos sonidos, la temperatura, si hay brisa, tal vez  un cambio de luz percibido a través de los párpados, etc... seguidamente pasemos nuestra lengua por el contorno externo de nuestros labios, sentiremos, calor, humedad y algunos sabores, todo esto no es más que estimulación.



Un perro, no entrenado no responderá al olor humano, siendo este un estímulo neutro o indiferente, y uno bien adiestrado y en el campo de acción ladrará al olfatearlo, lo que llamamos un estímulo condicionado, al perro se lo a condicionado a ladrar ante determinado estímulo, en este caso el olor humano. Bien... ¿Pero por qué ladra la caja, cuando esta vacía?, porque hemos repetidas hartas veces el ejercicio, sin darle las variables necesarias para que esto no ocurra y nuestro can a concluido en que lo que  nosotros realmente deseamos es que ladre la caja, por que repetidas veces lo ha hecho y así ha recibido su premio, entonces de repente sacamos al humano de la misma pero el va y sigue ladrando la caja sin importarle que no haya nadie adentro, esto lo llamamos estímulo subrepticio, dicho científicamente: si la condición determinante para que un estímulo se haga condicional es su presentación en conjunción con la conducta que recibe premio, esta claro que todo acontecimiento del medio (externo o interno) que responda a esa condición, aún de modo accidental, no tardará en convertirse en un agente condicional para la reacción en cuestión.

En palabras más sencillas si cada vez que decimos “SIT”, nuestro perro se sienta, pero accidentalmente y en coincidencia se escucha un ruido como puede ser el de una motocicleta y por ello recibe una golosina que es de su gusto, no pasará mucho para que nuestro perro comience a sentarse al escuchar una motocicleta. Y siguiendo con este mismo ejemplo explicaremos porque si mi perro siempre se sienta cuando le digo “SIT” puede que no lo haga si escucha el ruido de una motocicleta, y aquí entro en otro problema de la caja, por que si mi perro marca el olor humano si este esta dentro de la misma no lo hace, debiendo trabajar para que la asimile; el hecho está en que tanto la moto, como la caja en este caso son estímulos parásitos:  productores de inhibición externa, que son susceptibles, cuando intervienen en el momento de la reacción condicionada, de perturbar a la misma.



¿Cuál es la Solución para estos problemas que por ahí nos da tantos dolores de cabeza?



Pavlov pronto tropezó y dio cuenta de ello al hacer su tan famoso descubrimiento de los reflejos condicionados, y como era científico a más no poder, estableció que no lograría ningún estudio serio si su trabajo era constantemente influenciado por este tipo de estímulos, entonces se le ocurrió una idea y como contaba con el beneplácito y financiamiento de las autoridades, se dió el lujo de construir un laboratorio bajo la superficie de la tierra donde la estimulación era controlada hasta en sus mas mínimos factores, temperatura, luz, sonidos, aireación, etc... a la cual denomino la Torre del Silencio.



El problema se volvió a suscitar con los científicos que le sucedieron, y que no contaban con los recursos que requería dicha torre, y la solución se encontró en una metodología de trabajo a la que llamaron de variables aleatorias que consiste en separar las determinaciones principales y reducir los fenómenos secundarios al papel del “azar”, siguiendo con el ejemplo que venimos planteando, todo se soluciona dejando al olor humano como mínimo común múltiplo, es lo único que siempre se mantiene mientras todo los demás siempre cambia, incluida la caja, y cuando cambiamos de ambiente, tomamos que estamos elevando una variante, por ende aflojamos las demás, dicho con palabras simples, si cambiamos de lugar volvemos atrás para no crearle una dificultad extra a nuestro perro y que no la pueda resolver. De aquí la importancia de estimular a los cachorros.



Otro es el cantar de la generalización, que a grandes rasgos no es otra cosa que lograr que el perros de reacciones ante estímulos similares, oséa que no distinga entre distintos figurantes, sin importar, edad, raza, costumbres, sexo etc... en contraposición con la discriminación que es el proceso mediante el cual  el perro solo brinde reacciones antes determinados estímulos específicos y no a otros,  que solo marque humanos y no a otros animales por el hecho de también son seres vivos, de aquí el debate de que unos prefieren trabajar solo con vivos y otros con cadáveres aludiendo que la mezcla no da buenos resultados.



Espero que este pequeño documento, sirva para mejorar el trabajo de alguien con su perro, o que al menos replantee el mismo y que así se salve una vida. Ojalá sucite un debate que de más luz al asunto y del cual salgamos ganando todos, y por supuesto yo mismo, que no soy más que un loco enamorado de esta profesión, pero que por desgracia o por gracia, no lo se, no hay quien enseñe donde yo vivo, y todo se resume al método empírico apoyado por algunas publicaciones, por suerte nuestros perros funcionan, he ahí nuestro laurel.




K-SAR-C. Córdoba Argentina. (derechos reservados).

Fuentes consultadas:

  • La conducta de los animales. J.D. Carthy. Ed. Salvat.
  • El Condicionamiento. J-F Le Ny. Ed. Lautaro.
  • Mecanismo de la Conducta. M.T. Perez Martinez. Ed. Quórum.

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